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¡Lo ideal es comer cuando se tiene hambre! Sin embargo, nuestro ritmo de vida en sociedad nos obliga a sentarnos en la mesa cada 4 horas (por la mañana en torno a las 8 de la mañana, para almorzar entre las 12h y 14h, por la tarde para la merienda de las 16 horas y por la noche para la cena alrededor de las 20 horas). Si por motivos familiares o profesionales, te sientas en la mesa cuando no tienes hambre, es deseable controlar el consumo y limitarte, para aplazar el hambre hasta la próxima comida. En cualquier caso, no es recomendable saltarse comidas, pues la mayoría de las veces se produce un efecto de recuperación en la próxima comida o merienda. Conviene saber: no descuidar el desayuno. La primera comida debe ser completa; le permitirá empezar bien el día con mucha energía. Además, las calorías consumidas serán eliminadas durante todo el día. Por el contrario, la comida de la noche que precede al sueño y a un largo período de inactividad, no debe ser demasiado calórica. ¡Prueba con una sopa o un plato de vegetales!
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